¿Es el fin del desarrollo de software con la llegada de la IA?

Luiz Brazão

8 feb 2025

¿Es el fin del desarrollo de software con la llegada de la IA?

Mucho se ha dicho y discutido últimamente sobre si los desarrolladores de software están a punto de convertirse en una especie en peligro de extinción gracias a los avances de la inteligencia artificial (IA). Spoiler: no lo creo. Pero, eso sí, se avecina un cambio gigantesco en cómo entendemos la programación hoy en día, similar a las revoluciones tecnológicas que han marcado la historia del software.

Un vistazo al pasado: de lenguajes ensambladores a nocode

En sus inicios, la programación era todo menos sencilla. Los primeros desarrolladores programaban conectando circuitos físicos. Más tarde, llegaron instrucciones en código binario y lenguajes ensambladores. Con el tiempo, subimos un par de niveles en la escala de abstracción, hasta lenguajes como Fortran, COBOL, C y Java. Cada salto en abstracción hizo que la programación fuese más accesible y rápida, aunque también decretó la obsolescencia de ciertas habilidades.

¿Recuerdas cuando BASIC era un juguete, pero luego se volvió esencial? Más tarde llegaron los frameworks de frontend, backend y un sinfín de APIs que simplificaron procesos anteriormente complejos. Pero lo importante es esto: cada nueva ola tecnológica no extinguió a los programadores, ¡los multiplicó! Cada salto tecnológico democratizó un poco más el desarrollo de software, pero también exigió nuevas habilidades.

La IA no es el fin, sino el inicio de una reinvención profesional

Hoy día, modelos avanzados como ChatGPT o GitHub Copilot están protagonizando una nueva revolución en el desarrollo de software. ¿Que ahora puedes simplemente "hablar" con una IA para que genere código? Es cierto. Este nuevo paradigma denominado “Chat-Oriented Programming” sugiere que programar será más conversacional y accesible. Sin embargo, ¿significa esto que los programadores humanos serán irrelevantes? Para nada.

Como señala el experto Steve Yegge, esta transición afectará más a quienes se aferren a viejas metodologías que a los desarrolladores dispuestos a aprender y adoptar herramientas basadas en IA. En otras palabras: la adaptabilidad será el nuevo súperpoder.

La paradoja de la IA: más automatización, más empleo

La historia nos enseña que cuando la tecnología avanza y automatizamos tareas, lejos de reducirse las oportunidades laborales, las funciones humanas tienden a diversificarse. Según el concepto de "Paradoja de Jevons", cuando algo se vuelve más eficiente (en este caso, la generación de código), el consumo y necesidad de ese recurso tienden a dispararse, creando nuevas oportunidades.

Por ejemplo, hoy la IA puede realizar la “parte aburrida” del trabajo, como scaffolding de código o generación de prototipos básicos. Sin embargo, los desarrolladores humanos son los que se encargan de entender las necesidades específicas, depurar y supervisar soluciones más complejas. Y esa complejidad no hará más que aumentar.

La sombra de la IA: usos no autorizados en el entorno corporativo

Ahora bien, mientras las empresas todavía están poniéndose al día, muchos empleados han optado por usar herramientas de IA de forma independiente y "no oficial" dentro de sus trabajos, lo que se conoce como shadow AI. Esta tendencia refleja no solo las lagunas en políticas empresariales, sino también la urgencia de incorporar IA oficialmente en los entornos laborales.

Un ejemplo citado es el uso de herramientas como ChatGPT o Cursor sin la autorización de los departamentos de TI. ¿La razón? Según un ingeniero anónimo, las opciones corporativas suelen ser limitadas o engorrosas de implementar. Hay una lección clara aquí para las empresas: mejorar la flexibilidad y actualización de sus herramientas, en lugar de apagar el entusiasmo de sus empleados.

Los peligros del shadow AI: control y privacidad

Un aspecto crítico es el riesgo de exponer información corporativa confidencial en herramientas no reguladas. Algunas aplicaciones almacenan datos ingresados por los usuarios como parte de su entrenamiento, lo que abre la puerta a potenciales brechas de seguridad. Sin embargo, expertos como el CEO de Harmonic Security opinan que el verdadero problema no está en la exposición directa, sino en la falta de control sobre dónde terminan esos datos.

La nueva programación: más humana, no menos esencial

Una lección clave de todo esto es que la programación no está desapareciendo, pero está evolucionando hacia algo más cercano al pensamiento humano: resolver problemas, contextualizar y entender cómo usar estas nuevas herramientas para crear soluciones innovadoras.

Además, según Simon Haighton-Williams, CEO de Adaptavist, la IA democratiza las capacidades analíticas y creativas. Un junior developer puede verse increíblemente potenciado al usar IA, pero el valor diferencial seguirá siendo la experiencia y juicio del profesional.

Conclusión: adaptarse o quedarse atrás

El momento es ahora. La IA cambiará no solo cómo programamos, sino cómo diseñamos y pensamos productos digitales. Sin embargo, lejos de suplantar al ser humano, está potenciando nuestras capacidades para asumir más retos. Así que, tanto para las empresas como para los desarrolladores individuales, la clave está en abrazar el cambio, aprovechar la nueva ola tecnológica y convertirnos en los líderes del futuro.

Porque, al final del día, la programación no muere: simplemente se reinventa.